Dipylidium caninum es un parásito intestinal que afecta a perros y gatos de todo el mundo, siendo más común entre aquellos animales que conviven en colectividades o en entornos que tienen deficiencias de limpieza y desinfección.
Su ciclo de vida es complejo e involucra a las pulgas o los piojos masticadores como hospedadores intermediarios. Los perros y gatos pueden infectarse al ingerir estos insectos parasitados durante el acicalamiento, lo que lleva a que el desarrollo del parásito adulto tenga lugar en el intestino delgado de los animales. Además, este gusano plano representa un riesgo también para los seres humanos, especialmente para los niños menores de 1 año, a través de la ingestión de pulgas o piojos infectados que se pueden encontrar en el suelo o en otras superficies.
¿Cómo puedo saber si mi perro tiene Dipylidium caninum?
Aunque los perros y gatos infectados por Dipylidium caninum generalmente no muestran signos clínicos evidentes, los segmentos maduros del parásito pueden causar irritación al salir por el esfínter anal, lo que lleva a que los animales infectados arrastren el ano por el suelo en una postura característica de “perro/gato sentado”.
Las proglótides, unos segmentos del gusano, pueden observarse en las heces frescas o adheridas al pelo de la región cercana al ano, con una apariencia similar a granos de arroz cuando se secan.
El diagnóstico de la infección por Dipylidium caninum se realiza mediante el estudio parasitológico de las heces. Este método permite identificar la presencia del parásito en el tracto digestivo del animal. Además, para hacer un diagnóstico definitivo, y confirmar la presencia de estos parásitos, se pueden tomar muestras de heces durante varios días consecutivos para aumentar la probabilidad de detección.
Prevención y tratamiento de Dipylidium caninum
Una vez confirmada la presencia del parásito, el tratamiento de Dipylidium caninum en perros implica el uso de antihelmínticos de amplio espectro. Estos medicamentos son efectivos para eliminar los parásitos intestinales y restaurar la salud gastrointestinal del animal.
Además del tratamiento para acabar con este parásito interno, debido a su ciclo de vida, la prevención contra parásitos externos juega un papel crucial en su control. Administrando una sola dosis de Bravecto® se obtendrá una eliminación del 100 % de las pulgas de nuestra mascota en tan solo 12 horas luego de la administración.
Además de su elevada eficacia, la prolongada duración de su acción, durante 12 semanas, permite controlar el ciclo de vida de las pulgas, evitando reinfestaciones.
En conclusión, para garantizar la salud y el bienestar de nuestras mascotas y prevenir la transmisión de Dipylidium caninum al resto de nuestras familias, es fundamental mantener un control adecuado de las pulgas y piojos, así como realizar exámenes regulares de heces, consultar a un médico veterinario ante cualquier signo de infección parasitaria y hacer una limpieza profunda de los hogares.
Con medidas preventivas como Bravecto® y un tratamiento oportuno, podemos proteger a nuestras mascotas y a nuestra familia de este parásito común.