Salud y Prevención

Demodicosis en Perros: Todo lo que necesitas saber sobre la infección por Demodex Canis

Demodex canis es un ácaro productor de sarna que habita de manera normal en la piel de los perros.

Estos ácaros se transmiten a los cachorros durante la lactancia y habitan la luz de los folículos pilosos en la piel de los animales que parasitan. Cuando la población de estos ácaros aumenta, principalmente debido a una baja de defensas del animal, los ácaros pueden invadir las glándulas sebáceas de la piel de su hospedador, que son las encargadas de mantener humectada la piel gracias a sus secreciones, y pueden suponer un problema de salud para los perros.

Hoy en día, esta enfermedad no está considerada zoonosis (aquellas enfermedades que se transmiten de los animales a las personas). Aunque la demodicosis canina y humana están generadas por distintas especies del ácaro Demodex spp., la demodicosis canina se emplea como modelo de estudio para la demodicosis humana.

Su ciclo de vida es complejo e involucra a las pulgas o los piojos masticadores como hospedadores intermediarios. Los perros y gatos pueden infectarse al ingerir estos insectos parasitados durante el acicalamiento, lo que lleva a que el desarrollo del parásito adulto tenga lugar en el intestino delgado de los animales. Además, este gusano plano representa un riesgo también para los seres humanos, especialmente para los niños menores de 1 año, a través de la ingestión de pulgas o piojos infectados que se pueden encontrar en el suelo o en otras superficies.

¿Cómo puedo saber si mi perro tiene demodicosis?

La demodicosis es una enfermedad que depende de varios factores y, por lo general, suele aparecer en animales que tienen un sistema inmunitario inmaduro (cachorros) o afectado (por otra enfermedad o por medicamentos).

Por ello, en muchas ocasiones no solo basta con tratarla, sino que se debe llegar a un diagnóstico oportuno y definitivo de qué le está sucediendo al animal para solucionar el problema de raíz.

Existen dos clasificaciones de esta enfermedad de acuerdo con la localización. Esta puede ser localizada o generalizada:

  • La demodicosis localizada afecta principalmente a los perros jóvenes. En estos casos, veremos áreas de la piel inflamada y pérdida de pelo, con posibles signos como picazón y descamación de la piel.
  • La demodicosis generalizada afecta una región más amplia del cuerpo y puede estar relacionada con factores predisponentes como una nutrición deficiente o el estrés, así como a otras enfermedades subyacentes como el hipotiroidismo o la leishmaniosis.

En caso de que llegues a notar alguno de estos signos en tu mascota, es importante que acudas donde tu médico veterinario. Allí, mediante la realización de un raspado profundo de las zonas afectadas de la piel y la observación de la muestra al microscopio, tu veterinario podrá confirmar la presencia de estos ácaros en la piel de tu mascota y sugerir un tratamiento adecuado.

¿Cómo puedo tratar y prevenir la infección por Demodex canis?

En cachorros, la demodicosis puede deberse a la inmadurez de su sistema inmunitario. Sin embargo, en perros adultos, la presencia de lesiones ocasionadas por estos ácaros hará sospechar a tu médico veterinario de la presencia de otras enfermedades.

Por ello, es posible que el profesional proponga la realización de otras pruebas diagnósticas y un tratamiento específico para estas enfermedades subyacentes.

Independiente de la edad de la mascota, la demodicosis debe ser tratada con el uso de un acaricida eficaz.

Bravecto® elimina los ácaros causantes de la sarna demodécica de forma rápida, segura y eficaz ofreciendo 12 semanas de tratamiento con una sola dosis.

En estudios controlados*, el tratamiento de la demodicosis con Bravecto® resultó en la eliminación completa de los ácaros Demodex spp. de perros tratados. Además, Bravecto® es seguro para cachorros a partir de las 8 semanas de edad y hembras gestantes o lactantes. Si tienes cualquier duda sobre el tratamiento de la demodicosis con Bravecto®, ponte en contacto con tu médico veterinario.

*Fourie et al. Parasites & Vectors (2015), 8:187